jueves, 17 de marzo de 2016

Chocolates que te llevan a la luna: Encuentro de Egresados entre comida y estrellas


Organizado por las Asociaciones de Egresados de Administración Hotelera y de la Hospitalidad,  e Ingeniería Física, con apoyo de la Dirección de Egresados de la Universidad Iberoamericana, se llevó a cabo el pasado 15 de marzo el evento “Chocolates que te llevan a la Luna”, un encuentro donde los casi treinta invitados de diferentes programas académicos disfrutaron de una cata de chocolates y una observación astronómica, para ver Júpiter, la Luna y variadas estrellas, en el Centro Astronómico Clavius de la Ibero.

El chef José Ramón Castillo ofreció una cata a los asistentes con diferentes porcentajes de cacao para que pudieran disfrutar de los s sabores de este alimento.  Minutos después empezaron las sorpresas: chocolate relleno de cacahuete de limón, otro sabor a café de olla y hasta palomita caramelizada.  Para las  últimas cinco pruebas, los egresados recordaron su infancia al probar sabores de agua de Jamaica, mazapán, boing de guayaba y  chicle motita de plátano.

Al terminar la degustación, los egresados se dirigieron al Centro Astronómico Clavius de la Ibero, donde el astrónomo guía les pidió abrir sus ojos hacia el Universo. Posterior a una charla informal en la que se planteaba la perspectiva temporal y espacial del hecho de admirar los objetos celestes, los asistentes subieron al Centro Astronómico y se fueron ambientando a la oscuridad. Esta obscuridad era disminuida por la luz de la Luna, otros astros y la ligera luz de la ciudad.

Iniciaron con una pequeña aproximación a la Luna a 80 aumentos, viendo sus cráteres, sus montañas y sus planicies. Muy brillante, y cortada por su fase. Después, en el telescopio principal observaron al planeta más grande del sistema solar, Júpiter. Sus franjas color marrón, sus 4 satélites Galileanos y su brillo retardado 40 minutos provocaron cualquier cantidad de expresiones, desde el asombro hasta la incredulidad.


Al pasar los minutos, muchos salieron. Los que quedaron con suficiente curiosidad pudieron observar un objeto a 1500 años luz: La nebulosa de Orión. Esa cuna de estrellas dijo el astrónomo, tiene en su interior estrellas jóvenes, unos pocos millones de años. Las risas impresionadas no se hicieron esperar.
 

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