Discurso Oradora
Invitada
Arq. Tatiana Bilbao
Spamer
Ceremonia de
Egresados de Licenciatura
4 de marzo de 2017
Hola, primero
¡felicidades! y gracias por darme la oportunidad de estar aquí hoy. Me emociona estar de
regreso en mi universidad, con la posibilidad de compartir un poquito de mí en
este momento tan representativo de sus vidas. Espero que hayan disfrutado
estos años en la universidad porque yo, después de tanto tiempo recuerdo esta época
con mucho cariño y con ganas de regresar, y a lo mejor de hacer cosas
distintas.
Por eso si tuviera la
oportunidad volvería a estas aulas, disfrutaría cada clase, cada tarea, aprovecharía
cada momento para aprender más, para leer más, para proponer más ideas en
mil escenarios utópicos, que al final creo que esas son las ideas que tienen
impacto en el mundo real. Hoy me doy cuenta que tenemos una vida entera para
enfrentarnos a la vida adulta y en verdad muy pocos años para prepararnos para
ella.
Nunca olvidaré el
pedestal que nos hicieron hacer en esta explanada central y representar al
personaje para el cual diseñamos, un emperador azteca…Tatiana disfrazada de
ello….
Nunca me imaginé que
iba a estar aquí 20 años después siendo yo la que tenía que hablar con
ustedes. El día que estuve donde están
ustedes ahora pensé que salía a construir una mejor ciudad, a transformar las
políticas gubernamentales y estar marcando un futuro mejor. Y si bien estoy
aquí, no creo haber conseguido todas esas cosas. Sin embargo, toda esa energía
y todas esas metas que tenía a su edad, las sigo teniendo hoy.
Con mucho trabajo, y
con mucho esfuerzo, después de algunos años, de arrancar muchos proyectos con
mis amigos, de tocar muchísimas puertas, apenas hace 12 años fundé mi estudio
de arquitectura. Y digo apenas porque siento que poco a poco vamos arrancando y
que todas esas puertas a las que he llamado durante años se van abriendo lentamente
y sin saber cómo se van presentando nuevos proyectos y posibilidades a futuro.
Así que hoy vivo sin
prisas, convencida de que no hago arquitectura, soy arquitecta y disfruto serlo
en cada momento de la vida cotidiana. Mi trabajo no se siente como trabajo, es
lo que hago cada día y mejor aún es lo que amo hacer. Hoy, sin ánimo de
enumerar una lista de consejos y decirles cuáles son los pasos que deben
seguir, porque no los sé, les puedo decir qué me ha funcionado a mí.
En arquitectura es
muy claro que para cada proyecto nuevo, ya sea una vivienda, un edificio de
oficinas o un recinto religioso, hay que tener la sensibilidad para aproximarse
a un buen resultado. Hay que conocer todo sobre nuestro cliente, sus
costumbres, el lugar, su contexto. Y no basta con ver la página de Wikipedia,
vamos al sitio, investigamos, conocemos y platicamos con todas las personas que estarán
involucradas en el proyecto.
También como les dije
antes, hay que tocar muchas puertas, pero lo más importante es que cuando se
abran tienen que aprovechar la oportunidad porque nunca sabes cuál
puerta es la buena, la que tiene el proyecto increíble detrás o tal vez tiene la
puerta de oro escondido dentro de ella.
Sin importar cuál sea
su ocupación, consideren lo que está más allá de su vista, no se olviden que lo
importante está del otro lado. Trabajen cada día por darle voz a las ideas del otro.
Finalmente, disfruten ser quienes son.
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