Normalmente, en las entrevistas se presentan preguntas trampa, que parecen sencillas de contestar, pero son creadas para que les enseñes, de forma inconsciente, que eres indicado(a) para el puesto. A continuación, se enlistan algunas de ellas y la forma en la que te recomendamos manejarlas.
Foto: UNACH |
¿Qué no te gusta de tu
trabajo actual? / ¿Qué te llevó a buscar otro empleo? No hables mal de tu trabajo
anterior porque puede hacerte parecer un empleado conflictivo.
¿Qué es lo que estás
buscando? Habla
sobre lo que genuinamente te gustaría encontrar en ese empleo, más allá del
salario.
¿Cuánto tiempo esperas
trabajar en esta empresa? Las empresas buscan a personas comprometidas y decididas,
necesitan asegurarse de que, en caso de que te contraten, te quedarás el mayor
tiempo posible.
¿Has conseguido algún logro
profesional? Es
necesario tener confianza al contestar esta pregunta, ¡recuerda episodios
exitosos en tu trabajo anterior!
¿Cuál es tu reacción al
recibir una crítica? Elabora
en tu respuesta, habla sobre lo que haces con la crítica y sobre cómo la
incorporas a tu trabajo.
¿Qué puedes aportar a esta
empresa? Aquí puedes
hablar sobre las fortalezas que no incluiste en tu CV y lo más importante es cómo
lo haces; evalúan cómo te vendes.
¿Sabes trabajar en equipo? No sólo contestes que sí,
elabora sobre las estrategias que utilizas para hacerlo, pero que no parezca
que dependes de los demás para trabajar.
Según tú, ¿cuál es el sueldo
apropiado para este trabajo? No hay modo correcto de contestar a esta
pregunta, pero puedes primero preguntar sobre las ofertas que se te están
haciendo y seguir a partir de éstas. Debes dejar en claro que el salario no es
lo que más te interesa.
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