Jorge Ramos Ávalos
30 Sep. 2017
Orador Invitado
Discurso Ceremonia de Egresados
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
(Este
es un resumen de mi discurso a la primera generación que se gradúa de
la Universidad Iberoamericana tras el terremoto que el pasado 19 de
septiembre afectó gravemente a México). Este es un discurso muy distinto
al que pensaba pronunciar. Iba a pedirles que desobedecieran, que no le
hicieran caso a los políticos, que no tuvieran miedo de cuestionarlo
todo, que no se quedaran callados, y que me enseñaran un México lleno de
esperanza y posibilidades. Pero se me adelantaron.
Ustedes son
la primera generación que se gradúa tras el terrible terremoto que
sacudió recientemente a una parte del país y esa es, temo decirles, una
enorme responsabilidad. A ustedes les toca rescatar, proteger y cambiar a
México. La suya es la generación del rompimiento, la del sismo social.
Estoy
-estamos- extraordinariamente orgullosos de la manera en que muchos de
ustedes reaccionaron momentos después del temblor. Sin importar los
riesgos y ante los enormes vacíos del gobierno, se lanzaron a las calles
a rescatar gente, a mover bloques de cemento, a coordinar la ayuda de
otros ciudadanos y a poner en práctica todo lo que han aprendido en esta
universidad por los últimos cuatro años. No esperaron a que nadie les
diera instrucciones ni permiso. Ustedes se graduaron, literalmente, con
una prueba de fuego.
Por eso no estoy de acuerdo con los que han
descrito a la generación de los millennials como apática e indiferente.
Hasta hace poco tuve a dos millennials en casa, trabajo con decenas de
ellos y he aprendido mucho de ustedes. Como periodista, aprecio que
dudan de todo y de todos. Y como inmigrante -soy mexicano pero hace años
que vivo en Estados Unidos- reconozco su lucha por la igualdad. Nadie
es superior o inferior. Y en una sociedad tan desigual como la mexicana
se necesitan personas como ustedes, que no permitan que nadie sea
discriminado por su origen social, religión, color de piel, orientación
sexual o por el saldo en su cuenta de banco.
Ustedes son la
primera generación que sabe usar la última tecnología mejor que sus
profesores. (Es quizás una cuestión de cercanía: que levanten la mano
los que anoche durmieron pegaditos a su celular). Pero déjenme decirles
dos cosas. La primera es que los principales problemas del mundo no se
resuelven con una aplicación en el teléfono. Y lo segundo es que los
celulares, como otros lo han dicho, nos acercan a los que están lejos
pero nos separan de los que están cerca. No se vayan con la finta. No
permitan que sus encuentros terminen como una cena de nucas. Levanten la
cabeza y vean quién está delante de ustedes. Sí, usen sus celulares
pero no se olviden de vivir la vida en vivo. Créanme que el más feliz y
exitoso no es el que se lleva más likes a la tumba.
Ustedes, con
sus celulares y en las redes sociales, tienen la voz más potente que ha
existido en la historia de México. Nadie puede gritar más fuerte. Usen
esa voz. Primero para denunciar. No es normal que nos maten a más de 87
mil personas este sexenio. No es normal que desaparezcan a 43
estudiantes de Ayotzinapa. No es normal que tantos ex presidentes y ex
gobernadores sean multimillonarios. No normalicen la violencia, la
impunidad y la corrupción. Nos merecemos un país mucho mejor que el que
nos han dado los gobernantes de turno.
Ya les dije por qué los
admiro tanto y los felicito. Pero ahora viene lo más difícil. A menos de
un año de las elecciones presidenciales, ustedes no pueden hacer como
que se les apareció la virgen y que no es con ustedes. Sí, es con
ustedes. Están obligados a llevar al país en una dirección distinta.
Yo
soy de la generación a la que se le cayó la universidad. En el temblor
de 1979 se nos cayó la Iberoamericana y pusimos en práctica el dicho de
que la universidad no son las paredes y los techos. Aprendí televisión
en un cartón de colores. Pero la adversidad nos hizo más fuertes y mi
generación es de creadores, de preguntones y de gente que no se deja.
Ustedes
son la generación del terremoto. Les toca romper con un México viejo y
construir el nuevo. En los últimos días nos han demostrado de lo que son
capaces. Ahora, por favor, levanten la cabeza, vean de frente y usen su
poderosa voz. Tras el terremoto ya lo demostraron: ustedes van por
delante.
@jorgeramosnews
Mi nombres Raúl Alcalá Erosa, soy de la generación de 1972 de la Universidad Iberoamericana , Licenciatura de Arquitectura. Grande fue mi sentimiento de dolor al enterarme del terremoto del 14 de marzo de 1979, el "Sismo de la Ibero". Me solidaricé de inmediato con los comités de apoyo como Ex-alumno y al ver el nuevo edificio construido recordé aquella frase:"NO IMPORTA CUANTAS VECES CAIGAS, SINO CUANTAS TE LEVANTES".
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